Me enamoré en Roma y Milán
me puso nostálgico.
Visitar Italia probablemente era uno de mis deseos desde hace no sé cuánto tiempo, de hecho me he puesto a pensar en cómo fue que llegué a saber de tantas partes del mundo a tan corta edad, desde pequeño le hablaba a mi madre de los muchos lugares que quería visitar, quizás esto se deba a los productos televisivos vistos durante mi infancia, fui criado con todas las series, películas, libros, juguetes, peluches, etc de Disney y aunque a mis cortos 6 años de edad visité Disney World por primera vez, conocer a Mickey Mouse y el castillo mostrado al inicio de todas las películas no fue suficiente, yo sabía que Los Aristogatos eran de Francia, La Dama y el Vagabundo de Italia, Hércules de Grecia, La Sirenita de Dinamarca, El Rey León de África, Kuzco el Emperador de Perú e incluso que Lizzie McGuire había dado un concierto en el legendario Coliseo Romano, además vengo de una familia de tradición católica, por lo tanto mi primera parada en Italia tenía que ser Roma.
Hasta el momento solo hay dos
lugares en el mundo que me aceleran el corazón cuando el avión va a aterrizar,
en primera instancia el pequeño y ya algo deteriorado, pero para mí lindo,
acogedor y amado, aeropuerto de mi ciudad natal y el Aeropuerto Internacional
de Miami, lugar donde vive el resto de mi familia, algo así como un muy
relativo “segundo hogar” para mí, por lo tanto los aterrizajes en otros
aeropuertos los veo como algo de rutina. Cuando al avión se aproximaba hacia el
Aeropuerto Ciampino de Roma, estaba adormilado porque había sido un viaje de inicio
al amanecer, pero cuando por la ventana del avión vi el Coliseo, el vaticano,
las puertas y ruinas del antiguo Imperio Romano, mi corazón se aceleró y me
acordé de mis fervorosos, tradicionales y católicos abuelos y todas sus
enseñanzas sobre la Basílica de San Pedro y Ciudad del Vaticano, claro que
también me acordé de La Dama y el Vagabundo y el concierto de Lizzie McGuire.
Me enamoré en Roma, me enamoré de
esta ciudad, al final del día me dolían los pies de caminar desde las 8:00hrs
hasta las 20:00hrs por sus calles, pero el cansancio valía la pena porque es un
placer caminar por lo que fue el centro del mundo antiguo, encontrarme una
iglesia, que se tardaron hasta 6 siglos en ser terminadas, cada 5-7 cuadras y
comer su deliciosa comida en los restaurantes disponibles en cada esquina. Buscar
algo para hacer en Roma era bastante sencillo, tomaba mi iPhone y abría Google
Maps para ver los sitios arqueológicos, museos, parques y buenos restaurantes,
incluso no tan costosos como esperaba que fueran; comer una auténtica pizza
italiana con salami y jamones añejados o la pasta con quesos fuertes y
fermentados, tomar buen vino con unos buenos crepes, fueron mis pequeños
“lujos” al estar en Roma, definitivamente lo valían teniendo en cuenta mis
esfuerzos por ahorrar al máximo cuando viajo, haciéndolo en clase económica, aerolíneas
de bajo costo y quedándome en hospedajes baratos con el fin de poder disfrutar
una buena comida, la cual no es necesariamente costosa o en un restaurante de
lujo, pero cuando se tiene presupuesto de estudiante universitario se debe
procurar cuidar cada euro.
El Coliseo, la Fuente de Trevi,
el Panteón, el Vaticano, la Capilla Sixtina, el Palatino, Plaza Navona, Plaza
Venecia y el Foro Imperial, por mencionar solo algunos, hacen de esta ciudad absolutamente
de ensueño, enamorarse de ella una y otra vez, fue algo que me pasó todos los días,
quizás para contar mi experiencia completa en Roma necesitaría más bien un
video con fotos, clips de la ciudad y yo relatando impresionado mis días en la
capital italiana, pero la verdad es que no pienso incursionar en el mundo de
los YouTubers, suficiente caos se tuvo por parte de ellos y sus fans en la
pasada edición de la Feria del Libro de Bogotá.
Para el día que deje Roma ya me
encontraba pensando cuando volver, su deliciosa comida e impecable arquitectura
por solo 4 días no fue suficiente para mí, pero mis días en Milán estaban próximos
a comenzar y un tren en Roma Termini me esperaba con destino a la capital
italiana de la moda; viajar en uno de los trenes de la compañía Italo Train fue
la forma más económica que encontré de llegar a Milán, con bastante estilo porque
aunque no viajé en primera clase, estos trenes de 400km/h son en definitiva
mucho más “fancy” que el subterráneo de Berlín, de hecho mi suerte de viajero, que
siempre me acompaña, me permitió tomar una buena promoción, un tiquete de 75 euros
lo compré en 29 euros, quizás como dicen las “it girls” de mi ciudad natal: “bendecido
y afortunado”.
Milán es una ciudad de contrastes,
lujosa, imponente, dramática y te deja con la boca abierta, no tanto como lo
hace Roma pero también sorprende, es bastante renacentista, no es para menos,
es la cuna del renacimiento, a la vez gótica, el Duomo es el mejor ejemplo de
ello; lo interesante de esta ciudad que la hace diferente a otras metrópolis europeas
donde predomina la arquitectura de los ya mencionados estilos, es que el lujo,
la moda, la cultura pop y los hombres bien vestidos, incluso mejor que las
mismas mujeres, inundan las calles de esta antigua ciudad donde Leonardo Da
Vinci llevo a cabo la mayoría de sus proyectos, los tiempos modernos se han apoderado
de ella y junto con Paris y Londres, está en el top 10 del ranking de los
destinos turísticos de Europa más visitados y costosos.
A pesar de ser caótica por estar
invadida por turistas, cosa que no le cae muy en gracia a los milaneses, esta
ciudad tiene su encanto, sentarse en la Plaza del Duomo a comer un auténtico
gelato y admirar la iglesia que tardaron 600 años para construirla, donde Leonardo
Da Vinci participó como arquitecto, no es un hábito de la cotidianidad,
apreciar desde adentro la majestuosidad de la catedral y perderse en los
detalles de semejante obra arquitectónica valen el viaje hasta allí. Por otro
lado el barrio Navigli es hoy uno de los hotspots de Milan, ahí Da Vinci
construyó un sistema de canales los cuales son completamente navegables y los
usó para llevar a cabo todos sus experimentos hidráulicos, hoy son un conjunto
de bares y buenos restaurantes donde funciona el famoso happy hour italiano, a
diferencia de los happy hour alrededor del mundo, en Italia durante estas horas
los cocteles se pagan un poco más costosos pero se tiene acceso a una barra de
comida ilimitada. ¡Navigli es la nueva Venecia!
Las actividades por realizar en Milán se pueden abordar en 2 días, máximo 3, a menos que se tenga un presupuesto de 500.000 euros para una semana de compras en VALENTINO, Gucci, Armani, VERSACE, Prada, FENDI, Giambattista Valli, Bottega Veneta y todas las casas de moda italiana, las francesas también están presentes, tales como GIVENCHY, Chanel, CELINE, Dior, Balenciaga, Louis Vuitton, Yves Saint Laurent, etc. De igual forma es un lugar encantador en la primavera, donde los parques están llenos de parejas de enamorados o de familias felices jugando con sus hijos y perros, me empezó a invadir la nostalgia cuando vi estas escenas y comencé a extrañar a mis seres queridos, porque cuando se viaja solo por Europa y todos sus destinos bohemios se da lugar a un millón de pensamientos y reflexiones diarias, fue entonces cuando me di cuenta que era tiempo de regresar a Alemania y ocuparme de mis asuntos en la universidad porque ¡Milán me puso nostálgico!. No olviden seguirme en Instagram para estar enterados de futuras publicaciones: @arteagadfc
FOTOGRAFÍAS PROPIAS.
Las actividades por realizar en Milán se pueden abordar en 2 días, máximo 3, a menos que se tenga un presupuesto de 500.000 euros para una semana de compras en VALENTINO, Gucci, Armani, VERSACE, Prada, FENDI, Giambattista Valli, Bottega Veneta y todas las casas de moda italiana, las francesas también están presentes, tales como GIVENCHY, Chanel, CELINE, Dior, Balenciaga, Louis Vuitton, Yves Saint Laurent, etc. De igual forma es un lugar encantador en la primavera, donde los parques están llenos de parejas de enamorados o de familias felices jugando con sus hijos y perros, me empezó a invadir la nostalgia cuando vi estas escenas y comencé a extrañar a mis seres queridos, porque cuando se viaja solo por Europa y todos sus destinos bohemios se da lugar a un millón de pensamientos y reflexiones diarias, fue entonces cuando me di cuenta que era tiempo de regresar a Alemania y ocuparme de mis asuntos en la universidad porque ¡Milán me puso nostálgico!. No olviden seguirme en Instagram para estar enterados de futuras publicaciones: @arteagadfc
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